Ya llevamos 21 km en ruta, no son demasiados pero han sido muy bonitos e intensos.Una vez dejado Vilaller, iniciamos la subida al Coll de Serreres (1354 m): el camino esta en muy buen estado y la pendiente es constante. Sin ningún tipo de dificultad técnica superamos los 3,8 km. de subida al 9,3%. Durante el ascenso, nos encontramos al lado del camino varios robellones o níscalos. Una vez alcanzada la cima nos deleitamos con la panorámica que nos ofrecía ese lugar insólito.
Después del breve descanso, descendimos 8 km. hasta llegar a Llesp, (36 km. desde el inicio) sobre las 19:00 horas llegábamos a "Casa Quintana".
En nuestra llegada Abelina y Ana (caseras de casa Quintana) nos enseñaron nuestros aposentos, nos enseñaron el cobertizo para guardar las bicis y nos dieron algún que otro consejo para la ruta del día siguiente.
Aprovechamos para ducharnos, reservamos la cena de ese mismo día y cocinaron para todos los huéspedes los robellones que habíamos cogido durante el camino.
Es en este momento, cuando aprovecho para dar mi agradecimiento a Abelina y Ana, por el trato tan cordial y familiar que nos dispensaron. Espero sin lugar a dudas regresar el año que viene, y recomiendo a todo aquel que pase por Llesp, que se de un gustazo en pasar por "Casa Quintana".
Al día siguiente, desayunamos a las 8:00 horas, con las bicis ya cargadas e iniciamos la marcha hacia Iran. A los pocos Km. del inicio pinché la rueda delantera y al cambiar la misma perdí todo el líquido de frenos, inutilizándolo por completo. Estuvimos mirando donde estaba el taller más cercano y analizamos las posibilidades de seguir en marcha. Minutos más tarde regresamos por carretera hasta el refugio de Conangles.
Tengo que decir que me quedé muy apenado por no terminar la ruta de 4 días que nos habíamos propuesto, pero feliz, porqué el año que viene volveré a intentarlo y seguro con éxito.
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